II
Crece y es crecimiento de madera
Y es sabia savia de sabor divino.
Crece en sus hojas del color del vino
Y en su morada luz de primavera.
Es diminuto pero tan seguro.
Es un minuto de árbol solamente.
Es tan pequeño y a la vez tan fuerte.
Es un ocaso tierno y un sol duro.
¡Ay, niño vegetal puro y callado!
Sé que sabes de mí. Yo con tu vida
Sencilla, en el albor de lo esperado,
Conozco un mundo oculto y revelado.
Y eres mi propia fortaleza herida.
Y eres mi corazón enamorado.
M R Meléndez
Deja un comentario