Del rosa de la rosa nació el Ave
Que en el sereno espacio del ocaso
A la oración del Ángel abrió paso
Y la gracia posó con gesto suave.
En el gentil anuncio de la vida
Nunca más bella fuera la esperanza,
Nunca más detenida la templanza
Que en los labios clementes de María
Cuánto más claro el corazón lucía…
Pleno de luz y de silencio adora
Al Niño que en el seno se acomoda
Y en paciente ternura conmovida
Sabe de la dulzura de esta hora
Y la hora futura de la herida.
María Rosa Meléndez
Deja un comentario