Como candelas las hojas
De los álamos en llamas
Son sus otoñales ramas
Penas que el viento deshoja.
Y el árbol se vuelve vuelo
Desnudo tras los cristales
Rotos de los aguamares…
Y el árbol se vuelve cielo.
Las amoratadas hojas
Caen al tazón del lago…
En el cénit todo es vago,
Todo emoliente y sereno
Menos esas pintas rojas
Y mi corazón de fuego.
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